El vestido le
apretaba parecía clavársele en toda su extensión en su piel, las horquillas del
recogido parecían mil agujas que perforaban su mente e inquietudes. Ese era el
día más feliz de su vida o eso decía el resto .Sin embargo ella si se ponía a
pensar en el día más feliz de su
existencia se acordaba de unos hoyuelos
que salían cuando se reía o los destellos del sol en sus ojos turquesa. Se
acordaba de esos besos con sabor a salitre y sus manos recorriendo su columna. Pero
sobretodo se acordaba de los timbres que podían llegar a tener su risa cuando
la despertaban con cosquillas y besos por el cuello. Pero todo eso tenía que
quedarse en su pasado porque ahora se suponía que ese era el mejor día de su “nueva”
vida.
Allí se encontraba
esperando al que se convertiría en su marido, solo la palabra la hacía
estremecerse porque marido significaba compartir
su vida con ese hombre al cual no amaba pero su madre si. Lo mejor que le había
pasado con él era un día sin gritos y sin discusiones.
Un día donde su rímel
estuviera perfecto en sus ojos y no a manchas por toda su cara y almohada. El pánico
se le iba adueñando de su garganta y luchaba por no gritar y derrumbarse sobre
las blancas baldosas de las escaleras de la iglesia. Su madre a su lado sonreía
y parecía un pavo real con las plumas que llevaba en su Pamela verde chillón la
tenía agarrada del brazo seguramente por miedo a que saliera corriendo. Ella
que tan solo tenía 19 años recién cumplidos debía casarse por el bien de su
hija que crecía dentro de ella sino su madre pagaría por que le arrebataran a
su pequeña de dentro de ella. Si él lo hubiera sabido pensaba, no estaría allí sino
lejos comprando algo para su pequeña y
muy feliz. No veía la forma de escapar en cuanto llegará comenzaría todo.
El coche llegó y con
él su mundo se hizo pedazos, miro a su alrededor buscando una salida, pero no podía
hacerlo le faltaba valor en ese momento todo le dio vueltas y tan solo sintió unos brazos que
evitaban que se estrellara contra el suelo un segundo antes de volver a abrir
los ojos se acordó del destello de esos ojos . Y sintió como su pequeña se movía
su tío se encontraba rodeándola y preguntándole que le ocurría por supuesto
nadie de la familia más que su madre sabia
lo del embarazo . Ella le miró su futuro marido estaba ya subiendo las
escaleras con una sonrisa perfecta de bisturí.
En ese instante su miedo pudo mas y corrió en cuanto empezó a correr
escucho los gritos de su madre y su nombre en el aire . El vestido blanco ondeaba
el viento y sus pies aullaban de dolor al correr con semejantes tacones. Pero
ella corrió hacia la libertad hacia unos
brazos que la estarían esperando.